“Cuando estaba en cuarto básico, le dije a mi papá: ‘O me cambias al colegio árabe o no voy más a clases’. Así de arraigado he tenido el sentimiento de identidad palestina desde chico”, recuerda el abogado Diego Khamis (33), sentado en un salón del Club Palestino.

Se remonta a su historia familiar. Cuenta que su bisabuelo estuvo un año en Chile durante la primera década del siglo XX trabajando de vendedor en una salitrera y luego volvió a Palestina. Su abuelo, Bishara Khamis, nació en 1920 en Palestina y trabajó como mecánico en Haifa, incluso durante la Segunda Guerra Mundial colaboró como mecánico para el ejército británico.

En 1948 cuando estalló la guerra árabe-israelí en Medio Oriente se vino a Chile, donde ya vivía un hermano mayor. Aquí conoció a su abuela, hija de palestinos nacida en Perú. Bishara Khamis siempre se mantuvo ligado a las instituciones palestinas en Chile, especialmente a la Unión Árabe de Beneficencia, lo que le valió recibir la Estrella de Belén en 2005, condecoración oficial del Estado de Palestina.

“Mi familia siempre ha estado muy involucrada en la comunidad”, explica, y se explaya sobre sus parientes y sus roles en organizaciones palestinas. En la actualidad su padre es presidente de la Unión Árabe de Beneficencia y el primo de éste, Maurice Khamis, es presidente del Club Palestino y de la Comunidad Palestina de Chile.

Él mismo participa desde los 15 años en la Unión General de Estudiantes Palestinos, UGEP; entre 2010 y 2017 fue presidente del Directorio Juvenil del Club Palestino; desde 2017 se ha desempeñado como Secretario General del Club Palestino; y en 2021 asumió como Director Ejecutivo de la Comunidad Palestina de Chile.

Hay un momento que definió especialmente su nivel de compromiso. Fue muy cercano a su abuelo, dice, y poco después de su muerte, tras una reunión de jóvenes palestinos en el club, uno de los asistentes se le acerca y le dice: “¿Tú cómo te llamas? ‘Diego Khamis’. ¿Y vas a ser como tu abuelo, que trabajó por la comunidad palestina, o vas a decir que eres paisano porque comes relleno y escuchas música árabe? Siendo un niño sensibilizado por la muerte de su abuelo, eso me marcó mucho”.

Voz internacional

Abogado de la Universidad Católica, su etapa universitaria estuvo marcada por una activa participación en política, fue coordinador político de Solidaridad UC y delegado del centro de alumnos de Derecho durante tres años. Durante su carrera ha ejercido como asesor de parlamentarios, incluidos Rojo Edwards, Francisco Eguiguren, Francisco Chahuán, entre otros. En el segundo mandato de Sebastián Piñera trabajó en el Ministerio Secretaría General de la Presidencia. 

Diego ha sido una voz palestina en foros internacionales: en 2017 formó parte del panel de las Naciones Unidas en Nueva York sobre los 50 años de la ocupación en Palestina. El próximo 3 de abril fue invitado a exponer en Ginebra en el foro Conference of the Social Organization Working on the question of Palestina.

“Es importante participar de este tipo de instancias internacionales porque queremos una solución pacífica, y por lo tanto es muy relevante que la comunidad internacional presione a Israel a adecuar su comportamiento a la legalidad. Cualquier tipo de contacto internacional sirve para difundir lo que está pasando allá. Si no, ¿qué camino queda?, ¿la vía armada? Yo no creo en eso. Por eso es muy necesario que exista esa presión. Tiene que haber un alto al fuego, detener este genocidio; hasta Estados unidos, principal aliado de Israel, así lo ha dicho”, sostiene.

 Como activista en pro de la paz, le cuesta calificar el actuar del gobierno Netanyahu los últimos meses en Gaza. “Uno esperaría escuchar incluso más voces israelíes que se manifiesten en contra. En privado mucha gente lo rechaza, pero lo importante son los statement públicos. Nosotros no tuvimos ningún problema en condenar lo que pasó el 7 de octubre (el ataque armado de Hamas). Criticar las políticas de un Estado no me hace anti-judío por ningún motivo. Estoy en contra de cualquier tipo de discriminación. Nosotros mismos la hemos sufrido; de hecho, cuando partió esta crisis tuvimos señales muy fuertes de palestinofobia. Además, los judíos no son responsables del actuar ni de Israel, ni mucho menos del gobierno de Netanyahu”, enfatiza, llamando a no confundir las legítimas demandas palestinas con sentimientos antisemitas. 

La postura chilena

Descarta que el gobierno de Gabriel Boric haya cambiado la postura de Chile frente a este conflicto histórico: “Si uno ve la data, Chile ha tenido una misma posición de Estado desde 1947: reconoce el Estado palestino y eso va más allá de los distintos gobiernos. Manda el cumplimiento del derecho internacional, la promoción y el respeto a los derechos humanos. Acá ha habido una intención un poco maniquea al decir que el Gobierno ha tomado una posición pro-palestina, porque eso no es verdad. Esta administración ha mantenido la postura histórica de Chile”.

Khamis enumera distintos hitos de mandatarios anteriores como la visita oficial de Sebastián Piñera a Palestina, la apertura de la Embajada de Chile en Palestina durante el mandato de Frei o cuando en 2014 la Presidenta Bachelet llamó a consulta al embajador de Chile en Israel, Jorge Montero, debido al recrudecimiento de la crisis en Gaza, “que es de una proporción bastante menor a lo que ha pasado ahora”, apunta el abogado.

“Hay un dicho antiguo que decía que un poblado para ser considerado pueblo debía tener un cura, un carabinero y un palestino comerciante. Somos medio millón de chilenos de origen palestino. Una gran comunidad que va desde la extrema pobreza a la riqueza, de derecha e izquierda política, religiosos y también no religiosos. Nuestra identidad es ser chilenos de origen palestino. Somos orgullosos y legítimamente chilenos, pero no me puedo olvidar de este origen que me da una particularidad. Y creo que la preservación de esa identidad está muy atada al dolor de lo que ocurre allá”, sostiene Diego.

Ha estado en Palestina siete veces, la primera en 2006 y la última el año pasado, ocasión en la que se quedó tres meses, entre mayo y agosto, principalmente en Belén, de donde viene su familia.

“La situación se ve cada vez peor. Hay una tensión constante. Citando a Ilan Pappé, autor israelí: ‘Gaza es la cárcel al aire libre más grande del mundo’. En Cisjordania la cosa es distinta, pero la presencia de los colonos y las limitaciones al movimiento son algo muy complejo. Finalmente no hay soberanía palestina en ningún lado. Hay unos 750.000 colonos viviendo en Cisjordania. El perímetro del territorio es de 300 kilómetros, pero el muro tiene más o menos 800 kilómetros construidos porque va serpenteando. En este momento no me atrevo a ir a Palestina”.